Edu. ¿Qué espera de mi? ¿Has leído a Proust?, me dice. ¿No conoces mejor forma de perder el tiempo?. ¿Pero que le ocurre? Especialmente conmigo. ¿No conoces mejor forma de perder el tiempo? Cuando me siento a su lado. Oigo los conductos de la calefacción borboteando, y me parece ser absorbido, soy líquido. Con él soy una abstracción. No me gusta nada esa expresión, cierras los conductos nasales, parece como si quisieras contener la respiración, una vez suelto mi perorata... Pero, hasta entonces, me miras con esa cara confusa y llena de hostilidad hacia mi. Esa milonga sobre Bach no la soporto. ¿Por qué no te gusta ahora Wagner? Cuando comenzamos a salir me dijiste que la música clásica... Esa milonga. Intenta leer a Proust mientras mascas chicle. Tócame los cojones mamón. Parásito. Filósofo maricón. Todo los filosofos vivís de comer mierda. Wagner trágico. Tragedia. Creía que la estabilidad emocional me reportaría algo más. Los escupitajos de este engreído. Seguro que es pederasta, solamente esta conmigo para fingir que no lo es. Me llama Edward, me salpica los oídos, intenta hablarme y me escupe su mondongo sobre postestructuralismo. Me llena la cabeza de palabras vacías, me persigue, me atenaza. Pretende que le admire y que le odie. No me agrada su tono y ha conseguido que mi vida dependa de él. No soy nada sin su casa, sus obsequios. Es, estar casado con la ruina anunciada y no poder hacer nada por evitar su rápido desenlace. Debería volver a casa... Esta decidido. Quiero escapar a su influencia. Me lo merezco. Meterme en berejenales y luego echar la culpa a la sociedad. Creo que tengo... una... Me pone enfermo. No debería relacionarme con... Sus ingeniosos charcarillos, su sentido del humor. Digo yo, que con amigos así para que quiero enemigos. Pensaba que era un pez mediano en esto de la industria. Mira a Bergman, le arrojó un jarrón a su mujer, y ella sigue con él. Liv Ulman, su mujer y actriz principal de sus últimas películas. La escena de Fanny y Alexander, en que los niños están con Harriet Anderson, me parece un error. Es lo peor y lo más entretenido de su discurso. Por otro lado, es muy literario, hay momentos de hipnotismo. Me pregunto si será un hallazgo nuevo del director sueco o simplemente, eso, hipnotismo. No hay ninguna película de Bergman que me guste en especial. Ahora que vuelvo a ver Cielo sobre Berlín, no... Win Wenders, al menos en esa película, melínflua. En principio te atrapa. Cuando la trapecista comienza a desgranar el rosario de penalidades y sacrificios. Su idea del absurdo, no es ni eso. Comienza la película a caer a plomo. Un final reconfortante... no es suficiente. Me buscaré un novio con secretos, encontraré mi libertad siendo yo mismo y después abandonaré mi poso meláncólico, construiré una identidad sin demasiados artificios. Tengo tres vidas: La vida que estoy viviendo, la de los relatos que escribo y por último tengo aquí, la de la historia registrada por mi cámara. Debería sentirme afortunado. Tengo tres opciones. Tres intereses que me apasionan... por los que me siento interesado a diario, y además tengo la suerte de ver realizados estos proyectos por triplicado. No siempre funcionan como deberían, sin embargo puedo abandonar momentáneamente uno e interesarme por otro, puedo simultanear dos de mis proyectos sin dejar de ser productivo. Una fertilidad imaginativa, un cielo abierto, una brecha por la que escurrirme, un largo trecho confuso, ingrato, a veces doloroso e incluso agotador, pero me gusta esto. Estoy metido en esto por iniciativa propia. Luego tendré tiempo de asegurar el velaje de mi desesperación amorosa, de sopesar la persona con quién considero formalizar una vida. No espero que me cueste esfuerzo. Tengo la convicción de que a partir de ahora soy consciente de mis preferencias. Hasta ahora he vivido la avería de una influencia externa mal avenida. No es tan complicada la vida, hasta ahora sólo veía fisuras insalvables y dolorosamente agazapadas en mi recuerdo. Malas experiencias, malos consejos, poca confianza, poca alternativa de vida. Un círculo protector alrededor de mi, protector y que me tenía convencido de la unanimidad de la existencia. Paso página, dejo los discursos manidos de la gente normal para convertirme en uno de ellos. Un disimulo, un capotazo.. aparentar, eso es, así se reestablece el orden de las cosas, así me resituo yo. Yo mismo
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