SUPER WOMAN
P.S. La revalorización de la imágen de la mujer como femme fatale, desde sus epígonos hollywoodienses, hasta la versión rock de las riot girls, practicamente no ha variado, sigue manteniendo los mismos roles, de mujer devoradora de hombres, amantis. Una tendencia glamurosa de transformación de la imágen que ha repercutido especialmente, en un colectivo muy entendido de la sociedad. Más allá de las Drags Queens, este estereotipo de mujer pone de los nervios a más de una militante feminísta. Ejemplos de estos prototipos, tradicionalmente considerados, como clichés baratos, se encuentran claramente ejemplificados en estos tres modelos:
Camille Paglia, profesora de humanidades de la Philadelphia University of Arts y estrella mediática en los noventa, ha sembrado durante la última década el desconcierto, el escándalo y la polémica con sus opiniones y apariciones públicas, revitalizando el mundo del pensamiento contemporáneo. Tras la publicación en 1990 de su monumental estudio Sexual Personae (un voluminoso ensayo sobre la historia de la mujer en la historia del arte, Camille Paglia se convierte en un personaje popular en los debates televisivos sobre la mujer y publica gran cantidad de artículos y entrevistas en los que frecuentemente arremete contra el feminismo establecido, reivindicando un feminismo radical y libertario, enraizado en la revolución sexual de los sesenta, que Paglia vivió en su juventud, cuyos hijos bastardos se han convertido en los neoconservadores políticamente correctos de hoy.
PJ Harvey, cantautora rock de los noventa, fue reconocida muy pronto como la más digna sucesora de Joni Mitchel. Su apariencia de anorexica desgarvada se vió relanzada cuando en 1995 apareció sobre los escenarios del Festival de Glastonbury, enfundada en un mono de cuero rosa, con una cremallera estratégicamente abierta. Sus pechos hasta ahora escasos, se vieron realzados gracias a la mágia de wonder bra. Con pelucón a lo Scarlet O'Hara, y zapatos de tacón alto, relanzó su carrera, gracias entre otras cosas, a su descarnada voz. Acompañada por unas guitarras punzantes, de tono monocorde y medular, vió peligrar su carrera debido, a que tras la edición de To Bring My Love (Island 95), y la consiguiente sucesión de agotadores shows, se escondía una persona tímida y feucha, que bajo un abundante maquillaje y un vistoso vestuario, se vió relanzada a una fama no del todo deseada.
Judy Garland, Frances Gumm , tempranamente descubierta por un productor de Hollywood, adoptó en los años 30 el nombre de Judy Garland, su gran talento vocal y su presencia en los escenarios la hicieron muy popular, y después de varios papeles, el reconocimiento le llegó de la mano de el Mago de Oz. Su vida dió un giro espectacular, diversos matrimonios fracasados, la lucha por la custadia de hijos y terribles problemas psicológicos, la introdujeron en un peligrosa espiral de drogas, traquilizantes y alcohol. Después de varios intentos de suicidio logró su propósito en 1969 con la ingestión de numerosos tranquilizantes. Convertida en icono homosexual, el que decidiera arrojar la toalla en ese año, no significaba que la Garland no encajara dentro del estereotipo de dominatrix.