21 marzo, 2007

CARNETS I. DIARIO de DIARIO DE UNA NOVELA 1.1.

LA MONTAÑA RUSA


LA SALA DE ESPERA:



Una pequeña habitación sin ventanas. Aire acondicionado en funcionamiento. Una lámpara es lo único que la ilumina la pieza. Varias sillas. Además de Pietro, sentadas a cada lado dos mujeres de mediana edad leyendo sendas revistas. Pietro se mantiene absorto, ajeno a lo que allí acontece.



VOZ EN OFF DE PIETRO: Espero que no me cobre las sesiones pendientes.



CON LA PSICÓLOGA, RETROSPECTIVA:



Un despacho pequeño con un diván y un sillón reclinable



LA PSICÓLOGA (seria): Verás, yo estoy muy satisfecha con mis pacientes, cosa que no me pasa contigo.


PIETRO(es incapaz de contener la risa): No es por ti. Además yo no estoy aquí para satisfacer el ego de nadie. Es que creo que la terapia no me sirve para nada.


LA PSICÓLOGA (deliveradamente): Mira, ya la has fastidiado conmigo bastante. Estas haciendo el tónto con tu vida y sobre todo perjudicando la salud de tus familiares.


PIETRO (cabizbajo): Es verdad ellos pagan las sesiones.



LA SALA DE ESPERA:



Pietro parece volver en sí. Una de las señoras le preguna por la hora.



PIETRO (sonrie forzadamente): Son las 18:05. Tengo cita a las 17:05.


SEÑORA 1(indignada): ¿Pero como puede tardar tanto?


PIETRO: A mi me despacha enseguida.


SEÑORA 2(con tono amable): Siempre suele retrasarse una media hora la cosa.



Entra la enfermera:



ENFERMERA (adusta): ¿Pietro?




EL DESPACHO, CON EL PSIQUIATRA:



Una amplia pieza a modo de despacho con grandes ventanales: Un mueble, con estanterías de libros tras unas puertas de cristal, a la izquierda. Un mesa de escritorio con un fichero abierto, una agenda también abierta, un teléfono móvil negro y un pequeño ordenador portátil y un sillón de doctor y otras dos sillones reclinables para los pacientes, a la derecha Un amplio sillón de difrerentes módulos al fondo. Las paredes adornadas con dos grandes cuadros abstractos. En un rincón hay un retrato puntillista de Freud, con siluetas de diferentes tamaños y texturas.



DR. DI VIAGGIO (invitándome a pasar): ¿Qué tal estamos? (mira una ficha) Mucho tiempo desde la última visita ¿no? No suelo cobrar las visitas atrasadas, pero en tu caso, creo, me veo en la obligación de tener que cobrártelas. Si esto sigue así, claro. Siempre que no opines lo contrario, claro.


PIETRO (ojos entornados): Me parece bien. (respira profundamente) En la sesión anterior de terapia tuve un pequeño problema el otro día con la psicóloga. Ya ve, lo cierto es, con su mujer… Ya se, que ella trabaja únicamente con sus pacientes. De todos modos preferiría no tener que ir a esas dichosas sesiones. (coge aire yluego lo suelta léntamente)


DR. DI VIAGGIO (adusto, sonríe un poco para quitar hierro al asunto): Por mi parte no existe ningún problema



Suena el móvil. El Dr. se levanta, atiende a la llamada presumiblemente de algún paciente con problemas, mientras se dedica a pasear con el auricular pegado al oido por toda la amplia habitación.



Pietro parece absorto en sus pensamientos.



VOZ EN OFF DE PIETRO: Uuuh… Esa maldita arpía, la psicologa que ahora trabaja contigo. Uuuh. Te casaste con ella simplemente porque pillaste a tu ex… ¿No eras capaz de satisfacerla del todo, Doctore? Descubriste a tu inocente esposa, en los brazos de otra mujer, retozando y gritando vívamente de placer. Fruto de la casualidad, llegaste a tiempo a casa de descubrirlo. ¿Qué ocurre Doctore? Tenían que escribirte un gráfico, con tal de que te dieras cuenta. Soy de la opinión, como muchos de que tu esposa, quería que las pillaras a ambas en clímax de su relación. En el preciso momento de mayor lubricidad y relajación, de mayor virgería y pericia sexual o aún más lejos lo llevaría yo, de argucia imposible e impresionante contorsión vista siempre desde afuera.



El Doctor al parecer ha terminado con la llamada. Se sienta




DR. DI VIAGGIO (respira como si se hubiera quitado un gran peso de encima): Y, bien… Ese problema del que me hablaste tiene una sencilla, (respira) tiene… tiene fácil solución (se lleva la mano a la boca y tose). Acaban de salir unas píldoras especiales para eso problemitas de concertación. ¡Ejem! Además, no tendrá incompatibilidades con el medicamento que toma ahora para la ansiedad, y tampoco interferirá en el Rinosal y el Pentokobozal. No existe ningún riesgo ante cualquier brote alérgico. De todos modos llameme dentro de tres semanas, a ver que tal. (un respingo) Digale al salir a mi secretaria, que le de cita para dentro de tres meses. Me alegro de encontrarte tan bien. Adios. Que pases unas felices Navidades.



PIETRO (cabizbajo): Igualmente. (sale)



EN EL SALÓN DE CASA:



Pietro solo sentado en un sillón. La televisión está encendida pero no la mira. Una lampara de pie ilumina levemente la pieza.



VOZ EN OFF DE PIETRO: Se me olvidó contarle mi sueño. Algo de mis pesadillas, siempre viene bien para romper el hielo. “Estoy montado en un pequeño vagón de tren monorail. Parece una atracción de feria, pero el artilugio da tantos giros, tantos loops, que me resulta imposible disfrutar de viaje. De pronto veo que estoy desnudo y que la velocidad del tren y el impacto del viento sobre la piel de mi prepucio producen una dolorosa herida en tan nobles partes”