20 octubre, 2006

DOS LIBROS

WILLIAM FAULKNER, "Las Palmeras Salvajes", Editorial Edhasa, 2005
Cautivadora por la fuerza y riqueza de sus imágenes, por el gran realismo y la juventud sensual con la que habla Faulkner del sur americano, y a pesar de la teología puritana degenerada, torcida, que cae en lo desolado y hasta en lo diabólico que aparece aquí y allá fantasmagóricamente, el mundo de este libro no resulta viejo o cansado, sino perfectamente joven y floreciente. El tema es atroz: la vida pobre y desdichada de un negro "blanco", y su terrible fin. La psicología detallada e inteligente, aunque no superior resulta satisfactoria. En cambio en el libro aparecen imágenes, formas de una capacidad ingenua de observación. Todos los sentidos intervienen en ellas, relucen profundamente y saturan como obras de un gran pintor, y en su belleza intemporalmente inocente se encuentran en extraña contradicción con la mucha sabiduría y la mucha técnica narrativa cinematográfica del autor. Observaciones provenientes de una capacidad de observación juvenil y popular, que nos hacen amables la narración con su mundo rudo, combativo, visto completamente desde el punto de vista del hombre.
***
JULIEN GREEN, "El Visionario"
Obra ardientemente intensa acerca de un profeta visionario: desde las primeras páginas pudiera recordar en algo a "El Castillo" de Kafka. Lo fantástico es dominado con la técnica del ejercicio cotidiano, lo que parece aparentemente imponderable es medido con la balanza. Es como una visión del misterio sagrado, tan objetivo como demencial del trabajo literario. Y lo que se crea es de una superrealidad terriblemente intensa, penetrante, es una visión que resiste la comparación con las obras más fuertes de la literatura fantástica y oculta. En definitiva promulga que: el sufrimiento es el corazón y el alma de la vida.